La idea

Solo hay dos comprobaciones para saber si una idea para escribir un relato es buena o mala. La primera es que esa idea pueda ser expresada brevemente en quince o veinte palabras. La segunda es que esa idea contenga en sí todos los elementos que componen una historia: acción, personajes, conflicto, resolución… Así que iremos por partes.

De dónde surgen las ideas

Incluso si su imaginación es terrible, y no pertenece a esa raza de seres ocurrentes y fantásticos que tienen ideas constantemente, usted puede escribir relatos fundados en su propia imaginación. Para ello, usted puede llevar a cabo una serie de ejercicios diarios que le proporcionarán una cantidad ingente de ocurrencias que después podrá desechar o elaborar. No permita que la realidad gris en la que usted vive le impida disfrutar del proceso de escritura de un relato decente: para una existencia aburrida, ya tiene las redes sociales.

Para encontrar nuevas ideas usted debe comenzar a mirar más allá de sus propias narices y comenzar a indagar la realidad que le rodea. Como decía en el primer artículo, no deje que su ego se interponga entre su voluntad de escribir un relato y el relato en sí. Solo cuando empezamos a preguntarnos los qués, por qués, quiénes y cómos de la vida, la muerto o el amor surge la verdadera literatura.

Un ejercicio fantástico para pensar en nuevos relatos es tomar un evento sencillo y preguntarse ¿qué pasaría sí…? y alterara uno de los pilares. Le daré unos cuantos ejemplos.

¿Qué pasaría si un día se levantara convertido en un insecto y tuviera que ir de todas formas a trabajar? (La metamorfosis, Kafka).
¿Qué pasaría si un ciego llegara a su casa y tuviera que explicarle cómo es una catedral? (Catedral, Raymond Carver).
¿Qué pasaría si Hitler resucitara en el día de hoy? (Ha vuelto, Timur Vernes).
¿Qué pasaría si se introdujese un cabello en el lavabo y tratásemos de recuperarlo? (Pérdida y recuperación del pelo, Julio Cortázar).
¿Qué pasaría si las máquinas nos hubieran introducido en un sistema de realidad virtual del cual no podemos salir más que por la intervención de un panoli llamado El Elegido? (Matrix, Hermanas Wachowski)

Otras ideas para ejercicios

Si usted no es fan de las distopías o mundos improbables, tome a sus compañeros de trabajo, hijos o cuñados más mezquinos y póngalos en situaciones anómalas: por ejemplo, tratando de resolver un crimen en el que se han visto envueltos. Piense en qué trauma personal le lleva a la vecina de enfrente a levantar las persianas como si fuera un jinete del Apocalipsis o cómo se debe sentir el trabajador del martillo neumático cuando le increpan por el escándalo que monta cada mañana.

Un hombre se levanta con un pelo en la boca y no se logra quitar la sensación en todo el día (El pelo, Raymond Carver)
Una mujer de pueblo se casa con un rico y termina engañándole con otro (Madame Bovary, Flaubert)
Un hombre asesina a otro en una playa y no siente absolutamente nada. (El Extranjero, Albert Camus)

Ideas y arco narrativo

Supongamos que usted ya ha encontrado una idea y quiere certificar que puede convertirse en historia. Una relato no puede surgir, sin más, de una ocurrencia: necesita un arco narrativo. ¿Qué es un arco narrativo? Es una estructura que hace preguntarse al receptor de nuestra idea: y luego ¿qué?
Grábese esa frase a fuego. Si un lector de su obra no se pregunta y luego ¿qué? y, en cambio, se pregunta, y a mí ¿qué? algo está haciendo mal.

El arco narrativo básico consta de tres partes, que ya habrá escuchado en algún momento de su vida: planteamiento, nudo y desenlace. No se deje confundir por la terminología: usted ya conoce, aunque sea por intuición, esta estructura.

Pasa un taxista a 140 km/h camino del aeropuerto y le dice un policía a otro (planteamiento):
– ¿Ese tipo no es al que le quitamos el carné la semana pasada?
– Ese es, vamos a por él. (nudo)
Paran al taxista y le preguntan:
– ¿Y el carné?
A lo que el taxista les responde
– ¡No me digan que me lo han perdido! (desenlace)

Para que su idea no sea una anécdota (un tipo va con un taxi a 140km/h por la carretera), es necesario que ese mundo quede trastocado por la intervención de elementos externos, internos o una combinación de ambos (lo para la policía) y que el final sea consecuencia de los otros dos.

Estructura de un relato en un párrafo

La parte sencilla de las ideas es tenerlas. Explicarlas de manera que contengan una historia es lo que facilitará que se materialicen en un relato.

Plantéese el siguiente ejercicio: una vez que crea tener una idea para un relato, trate de expresar el contenido esencial de esa historia en un párrafo, que deberá explicar:

– El personaje protagonista.
– El conflicto al que se le somete.
– Qué le ocurre al final.

Un hombre se despierta convertido en insecto. Debido a las presiones de su jefe y familia trata de acudir al trabajo pero su condición se lo impide y se queda en casa durante semanas. Finalmente muere por una herida que le provoca su padre en el costado.
(La metamorfosis, Kafka)

Como pueden comprobar, no se trata de ponerse estupendos con el resumen: solo queremos encontrar el protagonista (un hombre), un conflicto o evento (aparece convertido en cucaracha), un objetivo (ir al trabajo, recuperar la normalidad) y un final (su muerte).

Contar una idea en un párrafo se puede resumir en lo siguiente. Si usted es capaz de explicar su idea a alguien en veinte o treinta segundos y su interlocutor no le pregunta: ¿y qué pasa después? o ¡A mí qué me importa! es que a por buen camino.

En los siguientes post trabajaremos sobre los elementos de un buen relato y cómo estos derivan de esta estructura inicial.

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