Junto al hipsterío, el running, el internet dating y más recientemente el polyamour, mindfulness se convirtió en tendencia londinense por 2012, y fue tan grande su impacto que hasta el NHS lo adoptó como estrategia para mitigar los problemas mentales del Reino Unido.
Y todos los londinenses, de repente, nos hicimos pequeños budas con los libros de Jon Kabatt-Zinn y el Dalai Lama
. Innegable el poder curativo de la técnica, pero tiene un doble fondo: la inacción más cínica y permanecer pasivos como santurrones yogi ante la catástrofe que nos rodea están ocultas en la voz suave que nos guía a través de nuestra respiración.
Con todo la meditación me echó una mano con ese insomnio crónico ahora casi desaparecido y una resistencia al drama digna de un ajedrecista, algo que la neurosis agradece en estos tiempos que corren.
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