Delicatessen armorística

Porque claro, uno ve más o menos que las cosas mueren alrededor, los cruasanes se ponen duros, la maceta se seca y ve que los objetos se convierten en otras cosas y que a eso se le llama muerte, pero uno se pone a pensar en la muerte de uno mismo, que es un devenir fatal, una cosa de tiempo y le da vértigo, no solo porque cuando se pone a pensar en el pasado lo hace a través de objetos (no sé, fotos, canciones, ropa que ya le está pequeña, el pelo cada día más canoso), pero la conciencia no entiende de otra cosa sino de lo actual, que es como decir nada, y como le dé por pensar en el futuro al final se le mueren todos los ficus de la cocina.


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Raúl Quirós Molina
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