Categoría: escritura

  • Recuerdos de Londres: City University

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    La gran pregunta que recordaré de mis dos años en la City University fue la que me lanzó capciosamente una alumna: ¿por qué alguien español querría hacer un máster de escritura creativa en inglés? Creo recordar que fuimos la segunda generación en hacer el máster y en mi clase solo había otro extranjero. No sé aún la respuesta. En los años sucesivos se convertiría en normativo ver a japoneses, chinos y otros españoles en las clases.

    Otras universidades como Goldsmiths o la CSSD nunca respondieron a mis emails y la City quedaba muy cerca de mi trabajo, así que no tenía muchas más opciones. Para entrar tenía que dar cuenta de mi experiencia como escritor (en inglés), presentar el certificado IELTS y pasar una entrevista individual con el director del máster.

    En los meses previos a la matrícula, preparar toda la documentación me salvó de la locura. Vivía por mi cuenta en un apartamento cerca de Angel y había acumulado una deuda gigantesca a los pocos meses de haberme mudado a la gran ciudad. En ocasiones me daba por pensar en cuánto tiempo pasaría desde que sufriese un accidente en el baño o un infarto hasta que descubrieran mi cadáver. Así que para alejar estos fantasmas me metí en un máster.

    Nunca sentí por un momento que fuese una pérdida de tiempo. No esperaba tener trabajo de «escritor» ni consagrarme en ningún parnaso, mas era algo que yo sabía que debía hacer. Barbara, Paul, Phil y otros tantos profesores nos retaban y  pedían que arriesgársemos. Me escribieron cartas de elogio para entrar en doctorados y en el programa de escritores internacionales del Royal Court, vinieron a ver mis obras en inglés y me presentaron a dramaturgos importantes.

    Mi proyecto final fue representado este mismo año, en el festival Vaults.

    http://www.city.ac.uk/courses/postgraduate/creative-writing-plays-and-screenplays

  • Recuerdos de Londres: The Last Hour of Antigone

    The Last Hour of Antigone
    The Last Hour of Antigone

    No es fácil escribir una obra de teatro.
    No es fácil escribir en un idioma que no es el tuyo, y no es fácil acometer un clásico del que Brecht, Heaney, Anouilh ya habían explorado cada rincón, cada idea.
    Sarah Provencal fue la directora de la pieza y la gran instigadora de que la obra finalmente se produjera. Desdeñó mis miedos y apeló a mi inteligencia y valor para sentarme frente al procesador de textos y producir una Antígona digna de mis capacidades. Ella ya había dirigido Las troyanas y yo aún no había terminado mi máster en escritura creativa. Hicimos la obra por fe – actores, directora, escritor, técnicos. Lo hicimos por amor y por fe, y son contadas las ocasiones en que en Londres nadie espera sacar algo «más» del amor y de la fe. Solo disponíamos de tres días y luego volveríamos a nuestras vidas.

    Ahora anda por Estados Unidos dirigiendo a Sarah Rhul. Hablábamos de feminismo y de escritura política y de teatro del oprimido.

    Fue mi primera obra en inglés y llenamos la casa tres noches seguidas. Ocurriese lo que ocurriese después, ya me había convertido en escritor.

    CHORUS
    The traitor? The traitor? In a civil war, every one is betraying his brothers and sisters.
    None in Thebes must say his name in public or private.
    He must be left to rot outside Thebes.
    He must be left to warn anyone of his same breed.
    He who treasons Thebes must lay as a traitor.
    War is not about who falls, but where he falls.
    He fell in the wrong side.
    He was on the side of the defeated.
    But who is not defeated in a war.
    He wanted to burn Thebes.
    He wanted to burn Argos.

    Algunos artículos en este blog sobre el proceso de creación:

    El mensaje.
    Todas las Ismenas del mundo.
    Unas notas sobre Antígona y Creón.

  • Recuerdos de Londres: Una carrera en Finsbury Park

    Quedando el tercero.
    Quedando el tercero.

    Nunca me gustó el deporte. Nunca gané una carrera, ni salvé un penalti, nunca metí un gol en el último minuto, ni fui el alero fundamental en el equipo de baloncesto. Dame integrales y derivadas parciales, matrices, la teoría eidética de Platón: eso sí. Dame un balón y comienza el festival del horror.

    Tuvo que ser en Londres donde me diera un día por salir a correr. No una vez, ni dos, sino varias veces en meses (y ahora años). Llevaba una mochila con las zapatillas y cuando salía de la City hacía los cinco kilómetros que me separaban de mi casa. A veces paraba y a veces los hacía del tirón. A veces daba una vuelta. Terminé corriendo diariamente los 14 km. que me separaban de mi siguiente trabajo en Canary Wharf hasta Walthamstow.

    Y tenía que ser aquí, en Londres, en mi primera carrera popular, en Finsbury Park en donde quedé tercero. Después vendrían la maratón de Atenas y la de Madrid. Nunca me seleccionaron para la de Londres. Qué alegría me llevé aquel día que quedé tercero en Finsbury Park.

  • Recuerdos de Londres: Hampstead Heath

    West End from Hampstead Heath

    A Hampstead Heath fui solo la primera vez, en 2011. El tiempo ya era amable en aquella parte del año. No sabía que el Heath estaba dividido en dos parques, uno para las familias y otro que se asemeja más a un bosque, para paseantes despistados y amantes. Me perdí en los caminos del bosque y me quedé en silencio por primera vez desde que llegué a la ciudad en 2010. Un silencio arropador.
    Durante los años siguientes fui allí a correr, a meditar, a volar una cometa gigantesca, a que me desvelaran las tradiciones del año nuevo persa.
    A contemplar el horizonte londinense desde Primrose Hill. Cuántos colores puede tener un domingo.
    A escribir unos cuántos poemas que ya perdí.

  • Los recuerdos que me quedarán de Londres: Introducción

    Apenas me quedan unos meses para marcharme de esta ciudad y volver a la península a escribir, amar, vivir. Llevo cinco años en Londres y estoy cansado. Decía Samuel Johnson que quien está cansado de Londres, está cansado de la vida. Tal vez porque la vida en Londres me ha cansado, he decidido buscar nuevas vidas.

    Cinco años dan para muchos recuerdos y en estos momentos de transición tengo el vicio de reprochar a esta ciudad todos aquellos tiempos en que fue injusta y vil conmigo. Y no me quiero ir así.

    Así que durante los próximos meses voy a tratar de hacer las paces con una memoria pobre  e ir publicando los noventa mejores recuerdos que me ha brindado Londres.

    Porque quizá algún día tenga que volver a vivirlos. Porque quizá, tú, que vives en Londres o piensas hacerlo, te toque recordarlos.

     

Raúl Quirós Molina
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