Mes: mayo 2011

Un perfecto imbécil

Hola,
El Principito no dice: «la belleza es invisible a los ojos» dice lo «esencial» (en realidad en francés es: l’essentiel est invisible pour les yeux).
Es algo distinto (belleza, esencia, bueno, de eso trata la cosa desde Platón hasta hoy), pero es un matiz muy importante – lo esencial no es lo bello. Creo, como tú, que El Principito es uno de los libros peor interpretados del mundo: es un libro oscuro y terrorífico. Un niño dibuja a una boa y se convierte en adulto cuando todo el mundo adulto piensa que ha pintado un sombrero. Es espantoso. Detesto a la gente que lo encuentra tan gratificante: la caja con el cordero, el farolero agotado, el baobab resquebrejando con las raíces el pequeño planeta. Hay que tener muchas agallas para leerlo y permanecer impasible.

Uno no puede hacer otra cosa más que odiar su forma lacónica de exponer un dolor tan natural, tan humano.

También puede ser un perfecto imbécil y decir que es uno de sus libros favoritos.

Todo es posible.

Eastenders

Mi vecina tiene extraños modos
de esperar a la muerte.
Se sienta frente al televisor
y sube el volumen
hasta que retumban las cacerolas
de todo el vecindario,
y luego lo baja
súbitamente
y entonces no se escucha nada,
salvo el eco de East Enders
reverberando en los tímpanos
o la sirena de alguna ambulancia del NHS.
Repite esta operación cada día.
Durante horas. Mantiene la tele
encendida incluso
cuando los enfermeros
le traen las nuevas bombonas de oxígeno.

He dejado de cenar en casa.

Los gypsies

20110508-025953.jpg

La deuda infinita


Delicatessen armorística

Porque claro, uno ve más o menos que las cosas mueren alrededor, los cruasanes se ponen duros, la maceta se seca y ve que los objetos se convierten en otras cosas y que a eso se le llama muerte, pero uno se pone a pensar en la muerte de uno mismo, que es un devenir fatal, una cosa de tiempo y le da vértigo, no solo porque cuando se pone a pensar en el pasado lo hace a través de objetos (no sé, fotos, canciones, ropa que ya le está pequeña, el pelo cada día más canoso), pero la conciencia no entiende de otra cosa sino de lo actual, que es como decir nada, y como le dé por pensar en el futuro al final se le mueren todos los ficus de la cocina.