La estructura en tres actos (o más)

Es posible que haya más explicaciones de la estructura en tres actos que películas o libros construidos EN tres actos. En esta entrada trataremos de explicar brevemente en qué consiste y por qué no debe uno complicarse la vida demasiado con esta historia.

La estructura en tres actos pretende dividir una historia en tres bloques al modo planteamiento-nudo-desenlace. Lo cual, dicho así, es una obviedad porque cada acción humana tiene un planteamiento (quiero desayunar), un nudo (¿dónde está el desayuno?), desenlace (me bajo al bar a desayunar) y no todas las acciones humanas van a ser lo suficientemente interesantes como para construir una historia.

Así que completaré la definción añadiendo que los tres actos nos sirven para estructurar una historia en tres bloques que creen, potencien y mantengan el drama a lo largo de un desarrollo verosímil y comprensible para el lector.

Esto del drama parece algo mágico, propio de hados e inspiraciones a la luz de las velas. No lo es. A pesar de que sin drama no hay ni historia ni novela ni película que valga, es difícil, incluso entre escritores con solera, que se explique convenientemente qué es.

En estos artículos no nos andamos con zarandajas: el drama es aquello que hace que la historia le importe al lector. El drama solicita al lector su atención, porque aquello que transcurre en la historia choca con sus deseos, expectativas, ideologías o sentimientos. El drama habla directamente a la emoción del espectador y le hace participar, a través de la imaginación y las emociones de la historia que se desarrolla frente a sus ojos.

Drama: Una invasión alienígena, un romance imposible, la final de fútbol de tu equipo favorito, las elecciones generales.

No drama: Tu desayuno.

En realidad, si se estudia un drama microscópicamente, cada acto, cada escena y casi cada réplica sigue una estructura muy sencilla: un personaje desea algo, ese personaje se pone en marcha para obtener ese algo (o no hace nada y asume las consecuencias), y el efecto de sus acciones crean nuevos momentos dramáticos.

Pero comprender esto no garantiza que la historia vaya a funcionar, así que la industria cinematográfica se puso manos a la obra y decantó la estructura dramática en tres actos. ¿Y por qué? Porque una película de 40 millones de dólares no puede fallar porque el guion esté escrito mal y a las productoras serias, a diferencia de los ministerios de cultura, sí que les importa perder dinero.

EL PRIMER ACTO

El primer acto, tal vez el más importante, debe introducir al lector o al espectador no solo en el mundo, sino también en sus códigos (no es lo mismo Jurassic Park que Star Wars o que El Padrino). Asimismo debe presentar al protagonista o héroe y debe acabar con un punto de giro (dícese: suceso en el cual el protagonista debe tomar una acción).

  1. Presentación del mundo: El presidente de los Estados Unidos lidera un mundo justo, libre, sin injerencias de los servicios secretos en el derrocamiento de países incómodos para la democracia estadounidense. El presidente es relativamente joven, guapo y tiene una familia blanca y muy hetero, a la sazón que tolerante con las minorías, representadas por Will Smith. En esta parte del primer acto, conocemos el mundo de la película (en este caso, la visión acaramelada de nuestro presente), los protagonistas (presi de EE UU, Will Smith) así como sus posibles debilidades y hándicaps, que serán convientemente explotados a lo largo de la película: la mujer de Will Smith se quiere divorciar, el presidente de los EE UU debe mantener la paz mundial, etc. Luego veremos que Will Smith rescata a su mujer, a pesar de ser una harpía que quiere divorciarse y que el presidente coge un avión de combate para defender su visión del mundo libre.
  2. Pasa algo que perturba la tranquilidad del mundo: Aparecen en el cielo unas naves alienígenas, que se sitúan justo encima de las capitales del mundo libre. Hay alguna que se coloca en Egipto y sitios así, pero lo importante es que están justo encima de los monumentos simbólicos que tradicionalmente han representado el poder político. Por ejemplo, la Casa Blanca.
  3. Los protagonistas son llamados a la acción: si unas naves alienígenas se plantan encima de la Casa Blanca, lo mínimo que puedes hacer es mosquearte. Si, además, tienes el ejército más poderoso del mundo bajo tus órdenes, la tentación es grande: ¿debo fulminarlos ahora que estoy a tiempo? ¿O trato de ponerme en contacto con ellos? En esta parte del acto, el protagonista NORMALMENTE no actúa. Ha sido llamado a la acciónpero sus prejuicios, dudas o miedos le impiden actuar. En Matrix, Neo no se desconecta de la máquina la primera vez que Trinity se lo ofrece. Luke Skywalker es visitado por Obi Wan Kenobi en su granja de Tatooine y Luke pasa de convertirse en jedi. Este rechazo a la aventura tiene un componente antropológico y social que nos vincula al personaje: la necesidad de seguridad, de que el mundo permanezca igual, que todo siga en orden sin necesidad de intervenir. En un buen primer acto, el orden del mundo, sea este el que sea, queda perturbado y amenaza con cambiar de manera irreversible, salvo que los protagonistas actúen. Pero su primer instinto es no hacerlo.
  4. La cosa se complica: no actuar hace que la invasión sea cada vez más numerosa y que los indicios de que los alienígenas son hostiles sean mayores. Es importante acrecentar los peligros en esta parte: que los nazis entren en París, que Scar no sea expulsado de la manada o que no se tomen medidas preventivas frente a un virus que se expande rápidamente son motivos para forzar a los protagonistas a actuar y a convencer al espectador de que actuar es lo mejor que puede hacer.
  5. Primer punto de giro: aquí ya se ha consumado la primera desgracia, inevitable pero esperable: que los platillos volantes han empezado a lanzar rayos láser por todo el mundo y han destruido los centros de poder del mundo entero. Cuanta más alta sea la apuesta, cuanto más desesperada sea la acción que el presidente debe tomar, más emocionante será el paso al segundo acto. La muerte de Mufasa, la persecución de los agentes de Matrix, el asesinato de los tíos de Luke son todos puntos de giro.

EL SEGUNDO ACTO

En el segundo acto, la cosa se complica para los protagonistas. Una vez en camino, ya no hay vuelta atrás: Frodo no puede volver a su aldea, Luke ha perdido a sus tíos, Michael se tiene que involucrar en los negocios de la familia, Neo está perdido en Matrix. De hecho en esta última peli, hay un diálogo en el que Neo pregunta si hay manera de volver atrás y, claro, la respuesta es que no.

No solo eso, la historia se convierte en la peor pesadilla para los protagonistas y hubieran querido estar en otro lugar antes que pasar por todo lo que va a venir.

ACTO II

El segundo acto es una sucesión de obstáculos y más obstáculos y crisis y desastres. La cosa aquí es complicarle la vida a los protagonistas lo más posible. Por ejemplo, lanzar ataques contra los alienígenas y que estos sean más fuertes, que los alienígenas se infiltren en los servicios secretos y acaben con parte de la resistencia, que la familia Corleone esté a punto de desaparecer, y el gran giro de guion que hace que todo parezca perdido: Sonny Corleone fusilado, Neo no es el elegido y el desastre y consiguiente crisis: muere la mujer del Presidente, el resto de familias mafiosas se hace con el control del territorio, la traición de un miembro del equipo destruye toda posibilidad de resistencia. Ante todo, se debe mantener la tensión dramática: que el orden del mundo que se quebró al principio no pueda restaurarse y que la fatalidad se cebe con nosotros, la Humanidad. Una civilización capaz de viajar de estrella en estrella puede acabar con nuestro planeta antes de que lo hagamos nosotros por nuestra cuenta, ¿de qué van?

El clímax es el momento dónde se lanza la gran ofensiva, donde se quiere atacar a Matrix, Scar, los aliens, donde la novia se va a echar atrás: toda la obra se ha construido en torno a este gran momento. ¿SE RESTAURARÁ EL ORDEN O NO? ¿GANARÁN LOS MALOS? ¿SE LIGARÁ A LA CHICA? El clímax solo lanza la pregunta, el tercer acto la responde.

EL TERCER ACTO

En el tercera acto, el clímax continúa hasta su resolución: se lanza el ataque final contra los alienígenas. La tensión aumenta: el presidente de los EE UU se pone a los mandos del avión, meten un virus informático al sistema de defensa de los aliens, le dejan a un tío borracho un caza-bombardero, en fin, cualquier cosa. Al final, cuando todo está a punto de perderse, el borracho se sacrifica por la Humanidad y estrella el avión contra la nave nodriza, lo cual demuestra que los aliens eran unos estrategas militares de pacotilla. Tratas de conquistar un planeta entero, que dispone de armas nucleares y en vez de poner la nave nodriza a resguardo y mandar avanzadillas que neutralicen cualquier fuerza, la pones ahí, en todo el medio, a tiro de piedra de cualquier borracho.

El presidente sale ileso, los aliens mueren. La Humanidad, es decir, la Humanidad de Estados Unidos, gana. Hacen discursos, prometen volver a lo de antes y salimos del cine con espanto: a pesar de todo, nada ha cambiado. América sigue queriendo demostrar al mundo que cualquier conflicto tiene que pasar por sus manos, el resto de países con armamento nuclear (Rusia, Francia, India) ni siquiera participan de la mandanga y la bandera estadounidense ondea sobre las ruinas de la antigua civilización.

En el tercer acto siempre hay que tener cuidado con el deus ex machina: no crear un final tramposo, que no cuadre con todo lo anterior: todos estaban muertos, todos estaban soñando, las naves Klingon pueden verse afectadas por un virus de Windows 95.