Orestiada (Agamenón, Coéforas, Euménides), de Esquilo

El remordimiento de Orestes, de William Adolphe Bouguereau.

(Agamenón, Las Coéforas, Las Euménides)

La Orestiada es el retrato de los vértices de una justicia parcial y cuya principal víctima es Clitemnestra. Durante la primera parte, un Agamenón victorioso y arrogante vuelve a palacio tras una década de guerra en Troya. La ciudad ha caído y Agamenón es el gran soldado que guía a la patria. Trae como botín de guerra a Casandra, extranjera y concubina, y condenada a predecir el negro futuro que acecha la casa de Orestes. Clitemnestra guarda la semilla de la venganza y durante años la ha ido cultivando; impelida ahora por Egisto, ahoga a Agamenón en una bañera con una red de pescador. Descastada muerte para el batallador que redujo Troya a cenizas. Pero más allá del engaño de Clitemnestra con Egisto, el porqué del homicidio se revela en apenas unas líneas de la obra.  Ifigenia, hija de Agamenón, fue sacrificada por éste a petición de los dioses a cambio de ganar la guerra.

Este acto fatal le debería arrebatar todos los honores. Un rey que mata a su prole por ganar la guerra. Las dos siguientes piezas, Coéforas y Euménides, son la justificación, juicio y salvación de Orestes. Cuando éste vuelve a palacio, jura ante la tumba de Agamenón pagar el oprobio de la mujer homicida, mujer, además, adúltera. Así le azuza Apolo, y a espada morirá la reina. De poco le serviría conocer los motivos, ya que todo motivo (vengar a su hija Ifigenia) queda ensombrecido por la causa que defendía su padre, la gran causa que exigió el sacrificio de una niña, la victoria en una guerra que ya duraba demasiados años. Nunca veremos la tumba de Ifigenia, ni su fantasma, ni la voz que entona su canto funerario. No hablarán de ella el hermano matricida, o las Eniris que buscan la condena de Orestes.

Matar sale barato cuando la guerra así lo exige, cuando es la emoción de una mujer a la que le han arrebatado sus hijos que carga contra su marido. El mundo se puso del lado de la mujer infame y dio la razón a Agamenón, el genocida.

Será Atenea, la diosa de la justicia pero también de la guerra, la que dirá ‘sí’ a la inocencia de Orestes. El primero que le dijo ‘no’ a una madre tan cruel y despiadada como su propio marido.

(Estoy siguiendo la versión de Gredos.)

Otras obras de Esquilo comentadas aquí:

Las Suplicantes.
Los Persas.
Los Siete contra Tebas.
Prometeo Encadenado.

Comentarios

[…] obras de Esquilo comentadas aquí: La Orestiada (Agamenón, Las Coéforas, Las Euménides). Los Persas. Los Siete contra Tebas. Prometeo […]

[…] obras de Esquilo comentadas aquí: La Orestiada (Agamenón, Las Coéforas, Las Euménides). Las Suplicantes. Los Persas. Prometeo […]

[…] obras de Esquilo comentadas aquí: La Orestiada (Agamenón, Las Coéforas, Las Euménides). Las Suplicantes. Los Siete contra Tebas Prometeo […]

[…] obras de Esquilo comentadas aquí: La Orestiada (Agamenón, Las Coéforas, Las Euménides) Las Suplicantes. Los Persas. Los Siete contra Tebas. Prometeo […]

[…] pagar este desengaño con sangre. Solo la intervención de Atenea, aquella diosa de la justicia que da la razón a matricidas y asesinos, permite que el claustro militar se libre de la siega, y confunde a Áyax para que degolle al […]

[…] contrario que la otra gran trilogía griega, la Orestiada, en la tebana los destinos de los personajes  son completamente arbitrarios. Nada responde a una […]

[…] nuevas instituciones democráticas de Atenas. La obra es la última de la trilogía de Orestes: Agamenón, Los Coéforos (o Las Coéforas) y Las Euménides. En la primera parte, Agamenón vuelve victorioso de la guerra de Troya. Clitemnestra, que durante […]

Responder a Prometeo encadenado, de Esquilo Cancelar la respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.