De la música y el fútbol a la Patria, la Familia y el Amor: tópicos románticos. Parte I

Esta es la historia de una pareja de famosos a los que la literatura romántica, la escritura creativa y la publicidad conviertieron en adalides de la Patria, la Familia y el Amor; y de paso, evitaron que sus cachés perdieran demasiados ceros. Es una historia que posiblemente conozca, con protagonistas de los que haya oído hablar (un futbolista y una cantante) y cuyo desenlace también esté presente en su memoria. He de advertir, a pesar de todo, que es pura ficción: una ficción de la que me sirvo para entender como los grandes géneros literarios, como el romance, no han muerto sino que están presentes y muy vivos.

Los dos protagonistas de nuestra historia son jóvenes e independientes. Él, futbolista, es el jugador díscolo que lo hace bien en el campo y da guerra entre micrófonos: tiene presencia, labia y sabe crear titulares. Además tiene sus momentos con la prensa rosa; las adolescentes forran sus carpetas con su foto y posee una sonrisa que dan ganas de comérselo a besos. Ella es una cantante que irrumpió en España con una música guerrera y muy bailable, demasiado rockera para ser latina, demasiado latina para ser gafapasta, así que fue para todo el mundo. Lo que se dice un éxito.

Los tipos de literatura romántica

Como ya saben, la literatura romántica se mueve, mayormente, en dos vectores: la pareja que se encuentra y se enamora, a pesar de ser muy independientes o tener grandes dificultades (romance Romeoyjulieta) logran consumar su amor y comer perdices; y la pareja que lleva muchos años juntos y que con la irrupción de una tercera persona, crisis existencial, niños, etcétera pone en dificultades su relación (romance Atracciónfatal). Es importante remarcar que ninguno de nuestro dos protagonistas estaba casado antes de iniciar la relación: es decir, si lo estaban, no importa mucho. Y es por ello que los nombres de las anteriores parejas (empresarios, modelos, otras deportistas) deben quedar borrados de cualquier mención en la…

Primera fase del romance

Donde el futbolista conoce a la cantante, la cantante se lo piensa pero se lían y finalmente se casan. Es decir Romeoyjulieta pero sin que nadie muera. Ojo al dato, porque un movimiento de estos en las relaciones públicas es peligroso: sitúa a los dos personajes en cuestión en otra área semántica y si no se controla el flujo del relato puede acabar con su carrera. El futbolista deja de ser un solterón que se pule el salario en discotecas y vacaciones en ultramar con modelos embobadas, y ella se aleja del antimodelo de mujer rebelde a la que han roto el corazón pero sigue adelante. Un antimodelo con el que había conquistado a España entera, ese país tan progre de puertas para fuera y católico de puertas para dentro.

A la cosa hay que añadirle algunos aspectos semióticos, para que el significado gane profundidad y el desplazamiento no resulte un fracaso. Para que usted me entienda: piense por un momento en una actriz jamona que haya caído en desgracia y ahora se pasee por la prensa rosa para ser despellejada: ¿en qué momento dejó de estar jamona? ¿En qué momento dejó de ser el sueño húmedo de españoles para ser eso? ¿Cómo se produjo ese movimiento de lo hot a lo horripilante?

Por ello es importante saber que la historia se puede contar de muchas maneras. Por ejemplo, que acudieron a una fiesta, los presentaron, quedaron, se bebieron unas copas, siguieron saliendo, se liaron. Pero eso es lo que nos ocurre a la mayoría de los mortales y la literatura romántica es siempre sueño y ficción de héroes en la que nos queremos ver reflejados, aunque sea solo en el brillo de la sonrisa de uno de ellos. Pero para evitar semejante disparate se conocieron en un Mundial. Ella era la compositora y bailaora de la canción oficial de la competición y él… Él ganó el Mundial. No él solo, claro, pero formaba parte de aquel equipo que, por primera vez en la historia, se alzaba con la Copa del Mundo. Y no cualquier campeonato sino el único Mundial que había ganado ese equipo nacional y que puso en sintonía a todo un país en medio de una crisis que mandó a todos al paro, al extranjero o a la mierda. Supuso, para muchos compatriotas, la posibilidad épica de hacer lo imposible y lo imposible es que acabes enamorándote de la cantante a la que todo el mundo desea.

Segunda fase del romance

Nadie se pregunta nunca si una supermodelo se calzaría a un tipo normal, a alguien que sea contable o auxiliar administrativo o calvo y feo. Es decir: seguro que ocurre, pero en la prensa rosa de nuestros días nunca aparece un titular como: Emily Ratajowksi sale con un repartidor de Deliveroo. Si un presentador de televisión, un actor o un futbolista se lía con una chica normal-tirando-a-guapa, todo bien, todo correcto, siempre y cuando ella sea a) más joven o b) hija de un príncipe magnate.

Y tiene una lógica dentro de la circulación patriarcal de imágenes. El capital social de la supermodelo es su belleza (exclusiva). Si cualquiera pudiera acceder a ella (por ejemplo, un contable de Puigcerdá) perdería su valor y por lo tanto pasaría de ser supermodelo a ser una normal-tirando-a-guapa que sale con alguien normal. Es decir, pasa de princesa a campesina por arte de birlibirloque. El capital social del presentador y del actor hombres pertenecen a otro orden, así que puede hacer más o menos lo que quiera con su vida amorosa. Incluso no tenerla.

En la segunda parte del romance, el futbolista y la cantante siguen cargando de símbolos su relación: él es el canalla que asienta la cabeza después de una gesta épica (la Copa del Mundo) y a quien el encuentro con LA mujer de su vida le ha cambiado la ídem; la cantante díscola finalmente halla lo que, ay, estaba en el fondo de sus canciones y que no es más que lo que quieren las mujeres en esta realidad posrromántica, que es abandonar su violencia contra los símbolos patriarcales para siempre si las enamoran.

Cuando se casan, cuando el cuento romántico (el Romeoyjulieta) se ha consumado, se completa la triada Patria, Familia y Amor. El futbolista (que ganó en nuestra metáfora blandita de la guerra) se convierte en Padre; la cantante a la que rechinaban los dientes y los huesos de la cadera por culpa de los hombres se convierte en Madre; y ambos quedan unidos en un Familia en el momento en que tienen dos hijos, frutos de ese Amor.

Incluso los republicanos que no acudieron a la boda del Príncipe y Letizia comprábamos este romance. Pero ningún amor es eterno…

Tercera fase del romance

Lo malo de ser famoso, independiente y gamberro a vestirte de traje y pasar por el juzgado es que hay una gran masa de fans para quienes te has convertido en lo mismo que ellos, con lo cual dejas de ser interesante; y otra gran masa de fans para quienes el matrimonio, la Patria y la Familia queda demasiado lejos o les es demasiado costoso. Para estos siempre queda el Amor

(continuará)

Comentarios

[…] Pues eso: el futbolista y la cantante han llegado al vértice de sus carreras y desde ahí, todo da mucho miedo. Para un jugador, cumplir los 30 años es entrar en la prejubilación y los años en los que hay que comenzar a negociar con chinos, rusos o turcos para que la pensión pague la uni y el jaguar de los niños. En una cantante no es tan problemático eso de la edad, pero si no sabes crecer con tus fans, estos se pierden por el camino. ¿Quién va a los conciertos de los Rolling Stones? No, no son los mismos que aplauden a Arianna Grande, lo aseguro. […]

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