EL MURO BLANCO
Estoy sentado frente a un muro blanco:
áspero muro, seco como grito
de cristal, o quizás como la nieve
de infancia en el silencio de los paramos.
Un muro blanco, blanco como hueso
calcinado, o quizás como cal viva
que en las tumbas abraza carne blanca.
Y, mirándolo, yo también soy blanco,
pues blanco es el fuego o es la luz
que va y viene en las venas venturosas.
Mientras dure la luz no llegara
lo negro hasta este muro limpio y blanco.
Mientras dure mi luz todo lo blanco
del mundo envolverá la sala, el aire,
las horas de esta casa que es hoguera.
Estoy sentado frente al muro blanco
esperándolo todo y obteniendo
todo de cuanto es nada en su blancura.
El muro que es desierto de mi alma.
El muro que es desierto de la luz.Antonio Colinas estará en Cosmopoética 2010
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